La vegetación está dominada por especies comunes en el litoral de la Marina Alta como el lentisco, el aladierno y el romero, acompañadas de otras como el esparto, el bayón, la coronilla de hoja fina y la lavanda. Es fácil encontrar también ejemplares jóvenes de pino carrasco y otros árboles como el algarrobo, la higuera y el olivo, típicos mediterráneos. La influencia y cercanía del mar se hace notar en la forma y frondosidad de algunas especies.
Encontraremos otras especies como el palmito (margalló), la albada, la aliaga, el tomillo, la efedra, la madreselva, la clavelina, la campanilla valenciana, especie muy rara y endémica de la zona, así como la centaurea menor, el espino negro de roca, el zapatito de la virgen o la escabiosa de roca.
Por su parte, el fondo marino, conservado en muy buen estado, alterna zonas de bloque rocoso tapizado por pequeñas algas pardas, con blancos arenales y con la destacable presencia de áreas de frondosa posidonia, que es el mayor generador de oxígeno de nuestro entorno.
Entre las rocas se proporciona refugio a animales como el pulpo, difíciles de observar por su maestría en el arte del camuflaje o langostas. Los sargos, por su parte, patrullan incesantes por el fondo marino junto a decenas de obladas y mabras, mientras que sobre la posidonia pastan los cardúmenes de salpas, luciendo llamativos reflejos amarillos, sargos y mojarras. Otras especies que se observan entre la riqueza de nuestra costa son los peces serranos o los siempre coloridos fredis. En ocasiones, peces de mayor tamaño como las doradas o las lubinas hacen acto de presencia en la zona. Las estrellas de mar dan un toque de color y los erizos de mar destacan por su cantidad, contrastando con otras zonas del litoral de la Marina Alta, donde casi han desaparecido.
La vegetación está dominada por especies comunes en el litoral de la Marina Alta como el lentisco, el aladierno y el romero, acompañadas de otras como el esparto, el bayón, la coronilla de hoja fina y la lavanda. Es fácil encontrar también ejemplares jóvenes de pino carrasco y otros árboles como el algarrobo, la higuera y el olivo, típicos mediterráneos. La influencia y cercanía del mar se hace notar en la forma y frondosidad de algunas especies.
Encontraremos otras especies como el palmito (margalló), la albada, la aliaga, el tomillo, la efedra, la madreselva, la clavelina, la campanilla valenciana, especie muy rara y endémica de la zona, así como la centaurea menor, el espino negro de roca, el zapatito de la virgen o la escabiosa de roca.
Por su parte, el fondo marino, conservado en muy buen estado, alterna zonas de bloque rocoso tapizado por pequeñas algas pardas, con blancos arenales y con la destacable presencia de áreas de frondosa posidonia, que es el mayor generador de oxígeno de nuestro entorno.
Entre las rocas se proporciona refugio a animales como el pulpo, difíciles de observar por su maestría en el arte del camuflaje o langostas. Los sargos, por su parte, patrullan incesantes por el fondo marino junto a decenas de obladas y mabras, mientras que sobre la posidonia pastan los cardúmenes de salpas, luciendo llamativos reflejos amarillos, sargos y mojarras. Otras especies que se observan entre la riqueza de nuestra costa son los peces serranos o los siempre coloridos fredis. En ocasiones, peces de mayor tamaño como las doradas o las lubinas hacen acto de presencia en la zona. Las estrellas de mar dan un toque de color y los erizos de mar destacan por su cantidad, contrastando con otras zonas del litoral de la Marina Alta, donde casi han desaparecido.